El 85% de las personas no son felices en sus trabajos y, esas personas que no son felices en sus trabajos, tampoco logran sentirse plenas y satisfechas con sus vidas (según la combinación de los estudios hechos por Gallup e Imperative). Esto significa que, si la población laboralmente activa en el mundo es de 4.300 Millones de personas, más de 3.600 Millones de personas no son felices en sus trabajos y, además, no se sienten plenas en sus vidas!!!

Por eso, que las personas podamos ser felices en nuestros trabajos no es solo importante para tener empresas más productivas y estables; es importante para transformar la sociedad, para sanar a la humanidad.  

La mayoría de las organizaciones están saturadas de tareas y metas ausentes de sentido y significado profundo, lo que lleva a las personas a sentirse “atropelladas” y “ahogadas” para cumplir con estas. Las personas, tarde o temprano, terminan por cuestionarse a sí mismas y a todo lo que hacen, entrando en crisis de sentido que las llevan a sentirse infelices y a desconectarse gradualmente del entusiasmo por el trabajo y por la organización. Al final, las personas no disfrutan sus trabajos, haciéndolo únicamente motivadas por la compensación, y las empresas pierden la oportunidad de beneficiarse del poder y del talento de sus colaboradores, experimentando una reducción en la productividad y poniendo en riesgo la sostenibilidad a largo plazo.

Un enfoque insuficiente y difícil de sostener en el tiempo es el de crear entornos que generen felicidad en los colaboradores. Ser un “Great Place tu Work” es algo necesario, pero no suficiente. La Felicidad laboral no se puede generar a través de ningún estímulo externo y, cualquier intento por hacerlo, será una pérdida de tiempo y una experiencia frustrante.

En Bee On creamos el modelo llamado “SEMBRAR FELICIDAD”, que es el camino para lograr personas felices que conformen organizaciones sostenibles y sociedades sanas. Para lograrlo es necesario tener un terreno fértil, representado en una cultura centrada en las personas y semillas saludables, al reactivar en las personas nuestras capacidades y poder interior.

Por eso proponemos que las empresas se conviertan en facilitadoras, al crear el terreno fértil para que sus colaboradores descubran su poder interior y desarrollen su propia capacidad de ser felices haciendo lo que hacen y, desde ese estado, inspiren a sus compañeros a hacer lo mismo. Por eso decimos que “Un buen clima laboral no garantiza personas felices, pero personas felices siempre crearán un bien clima laboral”.

En este sentido, y buscando impactar en el corazón del problema, todos los programas de intervención y todos los productos de Bee On están inspirados en el reconocimiento y fortalecimiento de las Competencias Internas; Un concepto desarrollado por Bee On y que se relaciona con un conjunto de 12 competencias aún más esenciales y fundamentales que las competencias blandas o las competencias duras y que son los ingredientes de la Felicidad laboral, de la productividad, del bienestar autogenerado, del liderazgo inspirador y del vivir la vida empoderados y con una sensación de total plenitud.

Este enfoque es una invitación a que las organizaciones se conecten con la esencia que da sentido a su existencia en el mercado, tanto de cara al ecosistema externo (clientes, proveedores, comunidad y gobierno), como, en especial, al ecosistema interno, su gente, y que entienda que el propósito de cualquier organización es ser el vehículo para que su gente se desarrolle y logre su plenitud interior, a través del servicio a los demás.

Estas competencias son:


  1. La Conciencia

Esta es la más importante de las 12 Competencias Internas y se estima que pesa el 50% del total de estas, siendo además la competencia esencial, a partir de la cual todas las demás cobran sentido y adquieren valor. Activar la conciencia es como encender una luz en medio de la oscuridad, dándonos claridad de dónde estamos y hacia dónde queremos ir. La Conciencia se va activando, primero, al hacer la comprensión del propósito de la vida, del propósito profesional y del propósito de cada cosa que hacemos. La activación continúa con la conciencia del sentido de las experiencias que vivimos en el día a día y se complementa con el reconocimiento de qué somos, cómo somos y quiénes somos. Al activar la conciencia, comenzamos a relacionarnos con el mundo desde una postura empoderada y amorosa y servicial.


2. el aprendizaje

Esta es la segunda competencia más importante y está directamente relacionada con la anterior. Al activar en nosotros esta competencia, nos predisponemos a vivir la vida en modo aprovechamiento, capitalizando todas las experiencias satisfactorias y, sobre todo, las experiencias retadoras relacionadas con errores propios y de terceros.


3. Las competencias del Fluir:

Al activar en nosotros la conciencia y al vivir la vida en modo aprendizaje, podemos echar mano de las 10 competencias internas que nos ayudarán a fluir en medio de las circunstancias retadoras. Estas se encuentran agrupadas de acuerdo con dos funciones fundamentales que son:

a.       Pasar del Resentimiento a la Paz: En la vida laboral y personal estamos llenos de circunstancias que nos hacen entrar en estados de resentimiento. En este estado nuestra energía se desgasta al conectarse con esas experiencias dolorosas del pasado y se crean cadenas que non nos permiten avanzar y disfrutar poniendo nuestros talentos al servicio de los demás. Muchas de estas experiencias nos impactan de manera inconsciente y son la suma de muchos pequeños incidentes de malestar que limitan nuestras capacidades. Las competencias que, junto con la conciencia y el aprendizaje nos permiten liberarnos son la Gratitud, el Resignificar, el Perdón, el Asumir y el Respeto.

b.       Pasar de la Resignación a la Ambición: Viviendo de manera consciente, en modo aprendizaje y habiéndonos liberado de lo que limita nuestro potencial, el siguiente paso es lanzarnos a la acción para aportar nuestros talentos, servir con amor y lograr nuestros sueños. Para esto necesitamos habilitar en nosotros las competencias internas que nos ayuden a llenarnos de entusiasmo, seguridad y ambición. Estas competencias son la Confianza, la Disponibilidad, la Flexibilidad, el poder de Cambiar las Circunstancias y el poder de Hacer que las cosas Pasen.

El resultado de los programas de intervención es tener personas conscientes, empoderadas, entusiasmadas, comprometidas con su propio bienestar y con el disfrute de servir con amor poniendo sus talentos al servicio de los demás. Personas satisfechas con sus trabajos y con sus propias vidas. Esto creará entornos extraordinarios para trabajar, empresas con capacidad de generar bienestar y riqueza de manera sostenible y comunidades emocionalmente sanas.

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